La multinacional portuguesa textil Fisipe presentó ayer suspensión de pagos en su planta de El Prat de Llobregat (Barcelona) y anunció la paralización, a partir de medianoche, de la producción. La compañía argumenta que "no hay materia prima" para continuar con la fábrica en marcha, que produce fibra acrílica y de la cual dependen 422 trabajadores (264 en plantilla y otros 158 procedentes de empresas subcontratadas)
Fisipe anunció, el pasado 24 de febrero, el cierre de la planta y la reactivación del expediente de regulación de empleo (ERE) tras el fracaso de las negociaciones para venderla. Un grupo de inversores liderados por el presidente de La Seda, Rafael Español, ofreció a principios de año comprar la planta y continuar con la factoría en funcionamiento, a cambio de una reducción salarial del 15% y la prejubilación de 30 personas. Ésta fue la primera condición para quedarse con Fisipe; la segunda, la consecución de condiciones blandas de financiación.
Durante las negociaciones, Español anunció el respaldo de su proyecto por parte de la Generalitat con un préstamo de 12 millones de euros y una línea de avales de otros 8 millones por parte del Instituto Catalán de Finanzas (ICF), entidad de crédito público del Gobierno catalán.
Fuentes del Departamento de Economía y Finanzas de la Generalitat aseguraron ayer que el ICF todavía no ha tomado una decisión al respecto, pero que la presentación de la suspensión de pagos "dificulta" la concesión de ayudas, lo que, además, ha suscitado el interés de Bruselas.
Fisipe argumentó el cierre debido a las pérdidas acumuladas, superiores a los 30 millones de euros en los últimos cuatro años.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 9 de marzo de 2004