El suspense sobre el eventual impacto que tenga en España el plan global de ahorro de costes anunciado el pasado martes por el presidente de Volkswagen, Bernd Pischetsrieder, durará hasta el próximo 16 de marzo. En principio, la compañía ha convocado ese día a responsables de sus 45 fábricas en todo el mundo para explicarles en qué medida se distribuirá el esfuerzo, que incluye la eliminación de 5.000 empleos desligados de la producción directa de automóviles.
Responsables de la dirección de Seat, filial española de Volkswagen, mantuvieron ayer un primer contacto informal con los miembros del comité de empresa a petición de éstos. De esta reunión, los representantes de los trabajadores extrajeron un "mensaje tranquilizador" sobre el impacto que las medidas puedan tener en Seat, que, subrayaron fuentes de la empresa, "ya ha empezado a optimizar costes con su integración en el grupo de marcas Audi".
Tras la reunión, fuentes sindicales confiaron en que no haya despidos que pudieran dejar en el aire el acuerdo de hace dos años para rejuvenecer la plantilla, al que se han acogido unos 3.200 empleados, y que incluía a los implicados en la producción y a los que ahora peligran, los de cuello blanco.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 11 de marzo de 2004