Óscar Vela, creativo publicitario, se dio en enero el lujo de comprarse un teléfono móvil bonito y ligero (es decir, de 113 euros), y tuvo la precaución de cubrirlo con un seguro de 30 euros al trimestre. El aparato se ha estropeado al mes y medio. Durante el mes que llevará la reparación, el vendedor le ofrece un móvil de una gama muy inferior. Y de un peso muy superior. La telefonía y otros servicios y suministros -Internet, luz, gas, seguros, reparación- son las estrellas de la reclamación, una herramienta ciudadana todavía subdesarrollada en España.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 11 de marzo de 2004