Gracias por llamarnos para saber si estamos bien. Gracias por tenernos en vuestros pensamientos. Gracias por preocuparos. Gracias a los sanitarios que curan, conductores que llevan heridos, jardineros que llevan camillas y sujetan sueros, limpiadores que recogen el horror, policías que vendan y calman, bomberos que siempre están ahí, vecinos que llevan agua y mantas, artificieros que corren en sentido contrario. Gracias a todos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 13 de marzo de 2004