Solidaridad con una España golpeada por el terrorismo, satisfacción por la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero y temor a que la posible implicación de marroquíes en los atentados del jueves tenga repercusiones negativas para su inmigración. Éstos eran los sentimientos que predominaban ayer entre los dirigentes de Marruecos.
El ministro portavoz del Gobierno de Rabat, Nabil Benabdalá, manifestó ayer, en declaraciones a Radio France Internationale, "la preocupación de las autoridades marroquíes con las eventuales represalias contra la comunidad marroquí establecida en España".
La prensa marroquí se adelantó a Benabdalá. "La comunidad marroquí en España teme ser víctima de agresiones de carácter racista", titulaba, por ejemplo, ayer en portada el diario As Sabah.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 16 de marzo de 2004