Los rumanos muertos en la tragedia del 11-M tuvieron ayer un funeral colectivo antes de la repatriación de 10 de los fallecidos de ese país. Rumania, con 11 víctimas mortales, 5 desaparecidos y más de 80 heridos, es el segundo país más afectado por el atentado. Ayer, diez de ellos volvieron a su país en dos aviones del Ejército rumano.
A las familias les esperaban en Torrejón 11 féretros alineados en la pista frente a dos aviones militares Antonov 26. Dos sacerdotes ortodoxos oficiaron a pie de pista un funeral frente a las familias y autoridades de ambos países, entre las que estaban el secretario de Estado de Exteriores, Ramón de Miguel; el secretario de Estado de Sanidad rumano, Ulian Popescu, y personal de la embajada. El funeral consistió en una misa cantada según el rito ortodoxo y oficiado por dos sacerdotes de la misma confesión. Durante la misma se recordaron los nombres de todos los fallecidos rumanos y el sacerdote recitó el padrenuestro en español.
El embajador rumano en España, Estelia Oanser, que acompañó en todo momento a las familias, agradeció "la generosidad del Gobierno español" por ofrecer la nacionalidad española a los familiares directos de las víctimas y por las ayudas económicas para que los allegados de los heridos puedan visitarlos en España.
"Hemos querido dar dignidad a este último camino de los compatriotas fallecidos", añadió el embajador. A las diez familias les esperaba anoche una recepción en el aeropuerto de Bucarest con gran expectación de los medios de comunicación de ese país y la presencia de las máximas autoridades.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 17 de marzo de 2004