Soy una opositora que intenta ingresar en la Policía Municipal de Madrid y no me explico cómo puede el Partido Popular decir que van a aumentar la presencia policial en las calles y sacar menos de cien plazas para este año; creo que han sacado 60, concretamente.
Pero para saber, sólo hay que preguntar. Me he informado de que Alberto Ruiz-Gallardón, haciendo alarde de su talante negociador, ha "convencido" a tres sindicatos, uno de ellos de policía que, para más inri, lo hace en contra de la voluntad de sus afiliados -según una votación realizada en sendas asambleas de trabajadores a mediados de febrero-, para que en vez de atender las demandas más lógicas, como sería desglosar el complemento específico de la nómina de los policías, que no saben el concepto de lo que cobran, les suban el sueldo proporcionalmente a los días de su descanso que quieran vender.
Y yo me pregunto: ¿no están prohibidas las horas extras en la Administración?
Y aunque no lo estuvieran, ¿es justo que se cubran las necesidades de policía, en vez de con más personal, con el tiempo libre de los que ya están trabajando? Los policías municipales de la capital ya trabajan sus 40 horas semanales, y no creo que sea seguro que se haga lo que se está consintiendo por este alcalde, que les permite a muchos policías doblar jornadas de trabajo, y con un arma en la cintura.
Algún día tendremos que lamentar este exceso de jornadas, y mientras tanto los que estamos esperando para entrar seguiremos esperando, hasta que pase algo y se deje de cubrir el déficit de policía con el tiempo libre de éstos. ¿En esto no tienen superávit, verdad, señor Gallardon? ¿No sería más fácil que los policías recuperasen el poder adquisitivo perdido desde el año 1990, sin tener que venderse?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 17 de marzo de 2004