Esta mañana he recibido un paquete contrarrembolso de 36 euros en mi domicilio.
La rapidez del servicio y el reparto estaría dentro de los parámetros de calidad de nuestro entorno europeo.
Lástima que el señor cartero no tuviera cambio de 50 euros, ni admitiese ninguna posibilidad razonable y rápida de conseguirlo, lo que invalidó todo el esfuerzo de prestar un buen servicio público y nos fuerza a desplazarnos a la estafeta a retirarlo, con la pérdida de tiempo y dinero que esto acarrea.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 17 de marzo de 2004