El fenómeno de la inmigración extracomunitaria en San Sebastián es reciente -empezó a hacerse patente en 1998-, pero de progresión rápida. En tan sólo tres años, de 2001 a finales de 2003, el peso de inmigrantes procedentes de países de fuera de la Unión Europea sobre la población total casi se ha duplicado: ha pasado del 1,36% (2.473 personas), al 2,53% (4.636). Eso, sin contar con el millar de extranjeros sin papeles que se calcula viven en la capital guipuzcoana. Esta proporción, aunque inferior a la media nacional, tiende a aumentar. Los expertos auguran que para 2010 estos inmigrantes representarán el 7% de la población donostiarra.
Esta es la realidad que arroja el primer estudio-diagnóstico de la población inmigrante extracomunitaria, encargado por el Ayuntamiento de San Sebastián a Ikertalde y financiado por el Gobierno vasco (24.000 euros) para detectar las demandas de este colectivo. "El Ayuntamiento tiene que ir planificando las medidas a adoptar para proporcionar aquellos derechos fundamentales de las personas que llegan a San Sebastián para buscarse la vida", dijo el alcalde, Odón Elorza. "Hoy no estamos preparados", reconoció, antes de apuntar al problema de la vivienda como uno de los más urgentes.
El estudio ofrece el siguiente perfil de la población extracomunitaria: una persona con una media de 31 años, procedente mayoritariamente de América central y del sur (68%), Europa del Este (12%) y el Magreb (8%), que en un 40% de los casos tiene permiso de residencia y trabajo y en un 35% carece de él. En general, su perfil educativo es alto. Sin embargo, la mujer (2.565) trabaja en el servicio doméstico y el hombre (2.071) en la construcción.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 17 de marzo de 2004