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La policía prende en Granada a un niño que huyó de su casa en Francia

Tres agentes de la policía se presentaron ayer en un colegio de Granada para recoger contra su voluntad a Florian, un niño francés de 13 años que se escapó de la casa de su madre en Annency (Francia) en septiembre de 2002 después de que un juez retirara su custodia a su padre, con el que vivía desde el divorcio de ambos.

Florian, que en su huída recorrió más de 1.500 kilómetros en autostop hasta llegar a Guadalajara (donde viven unos amigos de sus padres que le acogieron por un tiempo), fue llevado a la fuerza a comisaría desde donde se le trasladó, según su abogado y presidente de la Asociación para los Derechos del Niño (Prodeni), Juan Pedro Oliver, a un centro de menores. A última hora de ayer, Oliver desconocía el paradero exacto del menor.

El niño, según su abogado, sólo está dispuesto a retornar a Francia si es para vivir con su padre. Nada más llegar a España, denunció ante la consejería de Bienestar Social de Castilla-La Mancha que sufría malos tratos por parte de su madre. El 6 de diciembre de 2002, un tribunal de menores de Francia le retiró la custodia a la madre para dársela a los servicios sociales de su región, Alta Saboya, que pidieron su repatriación para que ingresara en un centro de menores.

"Sólo queremos que se le escuche porque ni el juez ni el fiscal le han tomado declaración", dijo ayer Oliver después pasar toda la tarde buscando al niño. Florian vive en Granada con una amiga de su familia paterna. Allí estudia y hace una vida "como la de cualquier niño de su edad", según su abogado. Oliver aseguró que el menor, a sus 13 años, sabe perfectamente lo que quiere y que su adaptación tanto en Guadalajara, (donde cursó el último año de primaria) como en Granada fue satisfactoria.

Prodeni se ha dirigido a la Justicia española y francesa, a la Junta de Castilla-La Mancha y al Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales para pedir que el niño vuelva junto a su padre, un paso fundamental, según la asociación, para mejorar las relaciones con su madre, que se encuentran muy deterioradas. El colectivo rechaza su ingreso en un centro de menores.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 17 de marzo de 2004