José Luis Rodríguez Zapatero ha dicho a su ejecutiva que sea más humilde que nunca para gobernar y que a él no le cambiará el poder.
Buen ejemplo habrían de tomar los miembros del tripartito, que llegaron a la manifestación del viernes pasado rodeados de una cantidad de mossos, por lo que se parecían más a Bush que a consejeros de la Generalitat. Consejeros que hasta hace dos días eran ciudadanos anónimos preocupados de su trabajo, su familia y sus amigos, como nosotros. Después pasaron al centro del paseo -vallado y vetado a los ciudadanos-, y se pusieron a la cabeza de una manifestación modélica donde los protagonistas tendrían que haber sido los ciudadanos.
¿Estos policías no prestarían mejor servicio a la sociedad, en sitios de más necesarios?, ¿no seria mejor que nuestros políticos se mezclaran más con el pueblo, en vez de apartarse de él?
No creo que estos ejemplos constituyan ningún modelo de humildad a seguir y copiar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 18 de marzo de 2004