No estaba en los estandartes pero sí en los trajes de algunos falleros. El crespón negro formó parte de la indumentaria y el rito de una ofrenda que culminará hoy el vestido de flores a la Virgen de los Desamparados con escenas especialmente emotivas en la entrega de los ramos. Claveles rojos, blancos y rosa tejen el manto que hoy cubrirá a la Virgen, por valor de 1,8 millones de euros, en el que participan más de 100.000 falleras y 26 encargados de coser cada ramo a una estructura de madera de 14 metros de alto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 18 de marzo de 2004