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Entrevista:JAVIER CÁMARA | La Paca | ESTRENO | 'La mala educación'

"He ido tan lejos de mí mismo que casi me encuentro"

La mala educación, última película de Pedro Almodóvar, se estrena hoy en España. Protagonizada por el actor mexicano Gael García Bernal (que no estuvo en la presentación, ni en Madrid ni en Barcelona, del filme), la película narra una compleja historia múltiple en la que se cruzan las vidas de cinco hombres. Sus intérpretes (Fele Martínez, Lluís Homar, Daniel Giménez-Cacho, Francisco Boira y Javier Cámara) son los rostros de la última película de Almodóvar. Dos de ellos, Cámara y Martínez, son por segunda vez chicos Almodóvar. Ambos trabajaron en Hable con ella. El resto trabajan por primera vez con el director. Exigente hasta el límite, Almodóvar, dicen, tiene el genio de los inconformistas.

De Benigno, el protagonista de Hable con ella, a La Paca, el travesti que interpreta en La mala educación. Un personaje secundario, "pero maravilloso", dice el actor. Una drogadicta viciosa y sentimental,

"una ladronzuela de poca monta, nada urbana, y muy ingenua", añade. Un travesti que, según Cámara, le ha obligado a ir muy lejos, "tan lejos de mí mismo que casi me encuentro".

Javier Cámara quería que su personaje en La mala educación fuera un homenaje a la actriz Farrah Fawcett. "Pero se parece más a Encarna Sánchez", dice Almodóvar. "Ya, ya sé que lo de Farrah Fawcett no lo conseguí", se lamenta con sorna el actor. Para interpretar a La Paca, Cámara se fue del brazo de su amiga Candela Peña por la calle Hortaleza de Madrid. "Hortaleza arriba, Hortaleza abajo. Me presentó a un montón de travestis, y me empapé bien".

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¿Referencias? Las mismas que la mayoría de los travestis, dice. Mujeres excesivas que les apasionan como Rocío Jurado, la Pantoja o Sara Montiel. "Disfrazarte es muy divertido, sobre todo para mí, que no me disfrazo ni en carnavales", afirma el actor. "Es un personaje construido desde fuera, con la voz y la ropa". Cámara dice que con Pedro Almodóvar hay que dejarse llevar, trabajar el personaje pero nunca llevar todo preparado ni pensar que eso va a ser suficiente para el director. "Por muy pequeño que sea el personaje, él te exige la misma entrega, la misma intensidad que si fueras el protagonista".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 19 de marzo de 2004