Bomberos de media docena de autonomías se han desplazado a Valencia para controlar las llamas de la noche mágica de la cremà. Desde las 23.00 el fuego y la ceniza dominarán el paisaje hasta que poco después de la 1.00 el último ninot haya sido consumido en las hogueras que salpicarán las calles. Las fallas de 2004 pasarán a la historia por la flaqueza de sus críticas, la escasa orginalidad, un premio polémico y un luto de tres días por el 11-M que ha dejado la fiesta a medio gas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 19 de marzo de 2004