Unidos tras los atentados del 11-M en Madrid, los ministros de Justicia e Interior de la UE lanzaron ayer en Bruselas un plan conjunto para intentar blindar a 25 países frente a la amenaza del terrorismo. Los responsables de seguridad han propuesto reforzar los controles en barcos y puertos al nivel del transporte aéreo, al tiempo que se pedirá a las compañías aéreas que registren los datos de sus pasajeros. También se pretende que los operadores de telecomunicaciones retengan hasta tres años los listados de las llamadas telefónicas y mensajes por Internet.
Además de estudiar la creación del puesto de coodinador europeo de la lucha antiterrorista, los ministros quieren que la UE se dote de capacidad operativa para intercambiar información de los servicios secretos y que se adelante a 2006 la implantación de un nuevo pasaporte europeo con datos biométricos, como las huellas dactilares, contenidos en un chip.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 20 de marzo de 2004