Ante los terribles acontecimientos del pasado 11 de marzo en Madrid, que tocó vivir tan de cerca a nuestros compañeros (vigilantes de seguridad) que prestan sus servicios en RENFE, queremos expresarles públicamente nuestra más sincera solidaridad.
Sabemos que les tocó vivir una situación imposible de entender y difícil de aceptar. Sabemos también, y esto deben tenerlo presente cada vez que les asalten las imágenes, que su actuación fue más que sobresaliente. Una actuación que sitúa en su justo lugar nuestra profesión y hace que todos y cada uno de nosotros estemos orgullosos de tenerles como compañeros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 21 de marzo de 2004