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UN PAÍS DE CINE 2

'Tesis', el brillante debú de Amenábar

EL PAÍS ofrece mañana, viernes, por 5,95 euros, la ópera prima de un joven de 23 años

En 1995, tras realizar diversos y premiados cortometrajes, debuta en la realización de largometrajes un joven hispano-chileno de 23 años. Se llama Alejandro Amenábar y deslumbró a medio mundo con su filme Tesis, una historia en torno al morboso tema de las snuff movies, películas que documentan violaciones, torturas y muertes reales. Ganó siete goyas y cosechó un muy importante éxito de público.

Una estudiante de la madrileña Facultad de Ciencias de la Información (Ana Torrent) busca material para una tesis sobre la violencia audiovisual y se topa con una clandestina red de las llamadas snuff movies, es decir, en definición de Román Gubern, "filmaciones de actos de tortura y de muertes auténticas: una práctica audiovisual, marginal y delictiva orientada hacia audiencias restringidas y de tendencia sadomasoquista". Precisamente fue leyendo un capítulo del libro de Gubern La imagen pornográfica y otras perversiones ópticas como Alejandro Amenábar se interesó por las películas snuff, aunque sin querer llegar a propagarlas: "Uno de los principales retos de Tesis era abordar un tema tan terrible como éste, pero sin escandalizar, haciendo compatible la crudeza del mensaje con la sensibilidad del público", aseguró. "En Tesis no aparece ninguna imagen snuff real, todo es simulado".

"Muestra un excelente ojo para componer la imagen y un acusado dominio de la cámara"

Es curioso que este realizador de 23 años, que logró con Tesis un éxito clamoroso, y más adelante con Abre los ojos y Los otros, la consideración de gran autor, había sido suspendido en sus estudios cinematográficos en la misma facultad que aparece en la película. De ahí que algunos entendieran que Tesis era su venganza personal contra el profesor que le había considerado inútil para el cine. "Los que le suspendieron han quedado condenados a vivir en la vergüenza", se dijo en Cinemanía. "Una venganza ejemplarmente artística al dotar a uno de los personajes del filme (precisamente un profesor) de las más siniestras intenciones", corroboró M. Torreiro. "Amenábar demuestra algo que no está, ciertamente, al alcance de todos: un excelente ojo para componer la imagen, un acusado dominio de la cámara, una certera concepción del montaje".

Mejor intuición tuvo José Luis Cuerda cuando se decidió a producir el filme, dado el talento que Amenábar había mostrado en sus cortometrajes (Himenóptero y Luna) y a las facilidades que la llamada Ley Miró prestaba entonces a los nuevos directores. Tesis se alzó en 1996 con los Goya a mejor película, mejor director novel, mejor guión (el propio Amenábar, que también compuso la música junto a Mariano Marín), mejor montaje (María Elena Sainz de Rozas) y mejor actor revelación (Fele Martínez). Además, fue invitada fuera de concurso a los festivales de Berlín, Seattle, Estocolmo, Montreal, Haifa, Gante, Londres, Mar del Plata, La Habana y Nueva York, y obtuvo premios en los de Annency, Mystfest y Bastia. Por si fuera poco, se asegura que Tesis fue la primera ópera prima del cine español vendida a prácticamente todo el mundo.

"El público demandaba un cambio de historias, de caras, de la forma de contar", explicó Amenábar a Elena Pita en El Mundo: "Es evidente que somos una nueva generación, y creo acertada la clasificación X, aunque haya quien se resista a enmarcarse en ella: somos una generación indefinida, al margen de la política; no hemos vivido una guerra civil ni nada parecido, no tenemos valores claros, hay bastante libertad, y esa misma libertad es la que nos produce tanta incertidumbre. De ahí que haya tanta gente incomunicada con lo cotidiano y permanentemente enganchada a la televisión y a su mundo personal. Pero yo me alegro de que me haya tocado vivir esta época". La llegada de Alejandro Amenábar, "la impronta que dejó el dedazo de Tesis en la pantalla del cine español", en opinión de Oti Rodríguez Merchante, "alcanzó incluso a algunos cineastas de generaciones anteriores, quizá algo ensopados en sus propios caldos de cultivo y que se revitalizaron con la presencia fresca de Amenábar, como si la abrumadora tensión de su cine naciente les abriera a ellos, los más veteranos, otros caudales y posibilidades de gestión".

En opinión de Manuel Palacio, "Tesis se esfuerza como pocos filmes españoles en reflejar en su globalidad la importancia y trascendencia de la imagen en la cultura contemporánea; es el ejemplo modélico de la llamada a la puerta de unas generaciones que se han desarrollado bajo la cultura de la televisión, del video-clip y del consumo videográfico, y por eso el filme es una de las primeras muestras que en España respiran el aire de las generaciones formadas en estudios audiovisuales universitarios, sea o no licenciado en ellos Alejandro Amenábar. En este sentido, las referencias a esas nuevas formas culturales son continuas: las cámaras de vigilancia, la realización de un reportaje para acercarse a Bosco (Eduardo Noriega), la grabación de vídeo en secreto que realiza Chema (Fele Martínez), la retransmisión televisiva, el propio cartel de la película...", con lo que Amenábar se mostró de acuerdo en Cinelandia: "Nuestra generación ha estado marcada por la televisión". José Luis Sixto, en Interfilms, lo explicaba así hablando de la película: "Hemos perdido punto de contacto con la realidad. Nos hacemos a la idea de que la imagen que nos llega en telediarios es lejana, irreal. Hemos presenciado conflictos bélicos, explosiones, terremotos, cadáveres, consecuencias de bombas atómicas e inundaciones. Sabemos que todo eso está ahí fuera, pero ¿somos conscientes de que también forma parte de nosotros mismos?". Manuel Palacio y Guido Cortell concluían que Tesis encerraba una clara propuesta moral: "A diferencia del profesor Castro (no lo olvidemos: uno de los malos de la función), que proclama en un momento del filme que al espectador hay que darle siempre lo que desea, Amenábar nos recuerda que la creación de imágenes es una cuestión moral en donde nunca se pueden eludir los propios criterios éticos".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 25 de marzo de 2004