¿Qué clase de democracia permite que el Gobierno dirigente de un país nos embarque en una guerra ilegal argumentando hechos que se han comprobado falsos, y luego declara ilegales las manifestaciones espontáneas que reclaman responsabilidades por una invasión que nos conduciría a la paz cuando en realidad nos ha alejado de ella?
¿Quién exige responsabilidades al ministro Acebes por manipular las informaciones sobre la autoría de los atentados a las puertas de unas elecciones generales?
Exijo información seria y contrastada y que se tomen las medidas necesarias para evitar que se vulneren los principios más básicos de la Constitución que tanto dicen defender: libertad y justicia. Que sepan que no olvidamos ni perdonamos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 26 de marzo de 2004