La delgada línea que separa la poesía del falso lirismo provoca que algunas historias adquieran el calificativo de pretenciosas si, además, van acompañadas de una arrogante utilización del tempo cinematográfico. Como ocurre en Japanese story, película ganadora de ocho premios AFI (los Goya australianos), en la que Sue Brooks, su directora, confunde la quietud con el regodeo expositivo.
Japanese story tiene una de esas ficciones que se podrían contar a la perfección en media hora (un desencuentro vital, marcado por la incomunicación, que desemboca en encuentro amoroso), pero que se alargan hasta la duración de un largometraje más por imposición propia y del mercado que por un verdadero talento creativo.
JAPANESE STORY
Dirección: Sue Brooks. Intérpretes: Toni Collette, Gotaro Tsunashima, John Howard. Género: drama. Australia, 2003. Duración: 105 minutos.
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Secuencias como la de la subida del cadáver a la furgoneta (paradigma de ese innecesario regodeo en la pasividad) muestran la impostura de una película que, eso sí, tiene una excelente interpretación de Toni Collette.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 26 de marzo de 2004