El obispo auxiliar de Getafe, Joaquín María López, presidió anoche una misa concelebrada con doce sacerdotes en la plaza de toros La Cubierta, en Leganés, a la que asistieron 8.000 personas para rendir homenaje a las víctimas de los atentados terroristas del 11 de marzo, según fuentes de la Policía Local. La misa, organizada por el obispado getafense y el Ayuntamiento de Leganés, tuvo un recuerdo especial para los cinco vecinos del municipio madrileño que murieron en los atentados: Ana Isabel Avila Jiménez, Antonio Marín Mora, María del Carmen Lominchar Alonso, María Eugenia Ciudad Real Díaz y Miguel Antonio Serrano Lastra.
Familiares de las víctimas ocuparon un lugar destacado durante la ceremonia religiosa, en la que el obispo de Getafe, Joaquín María López, dijo: "Después de lo que hemos llorado estos días ha llegado el momento de la serenidad y la esperanza".
El prelado recordó a muertos y heridos y agradeció el trabajo de "todos los hombres y mujeres de buena fe, ciudadanos que, con su actitud heroica, demostraron que es más importante la vida y la paz que el odio" y señaló que el dolor por las víctimas es un dolor "lleno de esperanza".
Cinco velas rojas colocadas en el altar recordaban a los desaparecidos de Leganés. La misa terminó con un aplauso de los asistentes mientras que el obispo de Getafe y el alcalde de la ciudad daban el pésame a las familias de las víctimas. El alcalde leganense, Pérez Ráez, reiteró su solidaridad con las familias de las víctimas del 11-M y confirmó que la ciudad tendrá un monumento en su memoria.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 26 de marzo de 2004