Cuando un enfermo grave conoce su situación de forma abrupta, entra en estado de choque y niega su situación. Es lo que el profesor de Psicología Médica de la Universidad de Málaga Franciso Ruiz llama "amortiguación de impacto". La Asociación de Estudiantes de Medicina de Málaga ha organizado un seminario para enseñar al personal sanitario a comunicarse con el paciente y aprender a transmitir malas noticias. "En el programa de estudios no teníamos ningún módulo específico y consideramos que teníamos que llenar ese hueco de alguna forma", cuenta Juan Manuel Sánchez, uno de los organizadores.
Las jornadas, que se celebraron el 25 y el 26 de marzo, fueron todo un éxito de público. Las charlas del primer día, impartidas por profesionales de la Medicina y la Psicología, congregaron
a más de 150 personas, y el taller del viernes superó las 50 plazas previstas.
Entre los mecanismos de defensa
ante las malas noticias, el profesor Ruiz definió la tendencia a la regresión como una vuelta a la infancia en la que se da el pensamiento mágico y la dependencia. Precisó que en enfermedades leves puede convertirse en algo patológico, pero que en situaciones graves, como los cuidados paliativos o una intervención quirúrgica importante, el enfermo "se deja llevar y acepta mejor el tratamiento". Abogó por que el profesional cambie la actitud paternalista y escoja la verdad que el paciente esté preparado para recibir.
Ángel Corredera, médico del grupo Comunicación y Salud de la Sociedad Andaluza de Medicina Familiar y Comunitaria, explicó que los profesionales se enfrentan al abatimiento y el desamparo de los enfermos con apoyo, orientación y la mayor sinceridad posible. En su intervención, subrayó que la transmisión de malas noticias "no es un sólo un acto, sino un proceso" en el que no se debe perder el rol profesional.
Francisca Ruiz Moreno, psicóloga de la Asociación Antisida de Málaga, habló del importante papel de la familia como cuidadores y principal apoyo del enfermo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 28 de marzo de 2004