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Lüpertz: "Al artista le influye más la luz de su calle que su nación"

El pintor y escultor alemán de origen checo recibe el Premio Julio González en el IVAM

El pintor y escultor Markus Lüpertz nació en Liberec, una población checa de Bohemia, en 1941, pero se trasladó pronto a vivir con su familia a Alemania. Con el tiempo se convirtió en referente del nuevo expresionismo alemán que rechazaba las tendencias americanas predominantes en beneficio de motivos germánicos. Su trayectoria le ha hecho valedor del Premio Julio González que concede la Generalitat valenciana a propuesta del director del IVAM, Kosme de Barañano. El artista recibió ayer el galardón, una edición de la escultura de bronce Mujer con ánfora II, de González, de manos del consejero de Cultura, Esteban González Pons. En anteriores ediciones fueron premiados el también alemán Georg Baselitz, Cy Twombly, Eduardo Chillida y Anish Kappor.

Un día antes de recibir el premio, Lüpertz habló de su visión artística, que se asocia frecuentemente con una reivindicación de la cultura germánica. Adornado con rotundas joyas y mientras degusta un vino tinto, el artista rechaza, sin embargo, cualquier adscripción. "En el artista son más importantes las diferencias de territorios que las características de una nación. Las diferencias entre el Norte, oscuro, y el Sur, claro. Al artista le influye mucho más la luz de su calle, del paisaje, del clima, que su propia nación, que su nacionalidad, aunque ésta también es importante, claro. Yo vengo de la oscuridad y busco la luz. El sueño eterno de los pintores alemanes es la luz", explica, sonriendo, antes de asentir ante un comentario de la traductora sobre su casa en Italia.

Ser moderno

Se considera europeo y defiende la cultura europea "como el mundo clásico", que influye notablemente sobre su última producción artística, en sus esculturas mitológicas. "Es un error de la historia del arte hacer siempre clasificaciones o eso de que siempre tiene que haber una vanguardia, que representa lo nuevo". Rechaza el concepto de seguir las tendencias de una época, porque es lo que corresponde vivir al artista. "La modernidad no tiene por qué seguir las tendencias, sino que es compendio de todo lo anterior, de lo que pasó y de lo que pasa".

Profesor de arte en Düsseldorf, Lüpertz sostiene que a lo largo de la historia se han cultivado diferentes estilos. "Siempre ha habido, por ejemplo, expresionistas, impresionistas o constructivistas; en la Edad Media, en el Renacimiento o en el Barroco; en todas las épocas. El mundo del arte se ha forjado con pintores de todo tipo que siempre se han comunicado a su manera. El valor de artista es la originalidad de su obra", asevera.

Lüpertz critica la "interferencia política" en al arte alemán, que "está un poco hundido" por las directrices oficiales que marcan los comisarios y directores de museos, que temen ser tachados de "poco modernos" y siguen criterios para satisfacer únicamente a la gente de su generación.

En su opinión, el arte necesita un tiempo. "Lo que ha ocurrido en Madrid o Nueva York, algo tan bárbaro y bestial ahora mismo, no puede tener una repercusión en el arte", concluye.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 28 de marzo de 2004