Opina Vargas Llosa en el artículo del pasado domingo 21 que, tras la victoria socialista, pocas cosas deben cambiar en España respecto al mandato popular. Y no cae en la cuenta que en política económica es necesario hacer cambios para someter el precio del suelo y la vivienda o redistribuir partidas en favor de la investigación, la educación y la sanidad públicas.
Sobre las tropas en Irak defiende su presencia a ultranza, obviando que allí no se nos ve como una fuerza en "misión de paz" sino como los conquistadores que sometemos a un pueblo después de haber apoyado una guerra ilegal. Y sobre los nacionalismos periféricos, es hora quizá de ensayar un nuevo modelo político, de probar si la consecución de un estado federal es suficiente para aunar a unos pueblos que hoy se llaman España. ¿Qué no hace falta cambiar?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 28 de marzo de 2004