La Mutua Madrileña Automovilista, la duodécima aseguradora española, con un negocio de 816 millones en 2002, ha vuelto a sorprender al mercado con su acuerdo con Repsol, una iniciativa bien vista por la competencia porque abre un nuevo campo de actividad.
Pero los cambios en la Mutua no son nuevos, sobre todo desde la llegada a la presidencia de José María Ramírez Pomatta, en 2003. Una de las novedades más relevantes ha sido la entrada en el capital del Popular, con la compra inicial del 3% del capital por 398,6 millones.
Hasta esa fecha, la Mutua nunca había realizado una inversión tan relevante en un solo valor bursátil. Este porcentaje aumentó después hasta el 4% y la Mutua anunció su propósito de llegar hasta el 5% para aprovecharse de las ventajas en la tributación de los dividendos.
Sin embargo, su propio aviso hizo aumentar el precio de cotización del banco y los planes se han ralentizado. El Popular se disgustó por el procedimiento elegido. La Mutua acumula plusvalías latentes superiores a los 40 millones de euros en esta inversión.
La aseguradora en 2002 alcanzó un beneficio de 235 millones, un 57% más que un año antes. La compañía está especializada en el seguro de automóviles, pero también comercializa seguros de vida, área que quiere potenciar, y gestiona un patrimonio de 2.294 millones en fondos de inversión, sector en el que ocupa el puesto catorce. También cuenta con un gran patrimonio inmobiliario que asciende a 463 millones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 30 de marzo de 2004