El viernes día 16 de marzo leí que la M-501, o carretera de los pantanos, no se ampliará para proteger a especies en extinción. En este artículo se informa que a partir del kilómetro 22 y hasta el kilómetro 70 discurre por una Zona Especial de Protección de Aves (ZEPA) bajo la tutela de la Unión Europea, donde viven especies en peligro de extinción: linces, águilas imperiales, buitres negros y cigüeñas negras. Tampoco la actual presidenta de la Comunidad se ha comprometido a desdoblar este tramo, a pesar de las insistentes peticiones de los alcaldes de la zona, hasta no disponer de una Declaración de Impacto Ambiental positiva por parte de la Consejería de Medio Ambiente. Pero lo más preocupante es que en el mismo artículo, el portavoz de Ecologistas en Acción, Santiago Martín, declara que, si se intentan hacer estas obras, lo denunciará a la UE.
Como asiduo usuario de la M-501, permítanme decirles, al señor Martín y a todos los políticos que tengan decisión sobre la viabilidad del desdoblamiento de esta carretera, lo siguiente: me parece excelente el que exista una preocupación por los animales y sobre todo si están en peligro de extinción, pero también sería recomendable denunciar la cantidad de muertos que cada año se cobra esta carretera por el intenso tráfico y escasez de carriles de la misma.
Y hablo de seres humanos.
No dispongo de datos para afirmar si existen o no los linces, pero lo que sí les puedo asegurar es que en 20 años que llevo pasando por esta carretera, todavía no he visto ninguno. Incluso cazadores de la zona con muchos años de andadura por esas tierras, tampoco se han encontrado con ellos, lo que me hace dudar de su existencia.
En cualquier caso, y suponiendo que fuera verdad, el lince vive aislado y en sitios de difícil acceso, alejados de las carreteras, como para que pudieran verse afectados por la ampliación.
En cuanto al impacto ambiental, yo entendería que la construcción de un nuevo trazado por una región silvestre pudiera ocasionar un desequilibrio ambiental, pero lo que no llego a entender es que ampliar una carretera que ya existe de toda la vida, pueda deteriorar la permanencia de los animales que viven en la zona, acostumbrados a convivir con ella desde que nacieron.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 30 de marzo de 2004