El ministro de Trabajo y presidente regional del PP, Eduardo Zaplana, optó por Orihuela -cabecera del sólido granero de votos popular de la Vega Baja - para su primer acto poselectoral. Centenares de militantes y simpatizantes del PP abarrotaron una improvisada carpa para cenar con el ministro y demás dirigentes populares.
En ningún pasaje de su intervención Zaplana se refirió a su posible relevo al frente de la presidencia regional del partido.Zaplana centró su discurso en los resultados de las generales. El ministro asumió el veredicto de la urnas que el 14 de marzo les desalojó del poder, pero resaltó "que los ciudadanos fueron a votar en un estado emocional sin precedentes en la historia de ningún país democrático". El ministro y futuro portavoz del grupo popular en el Congreso se desvinculó de las acusaciones sobre "las supuestas mentiras y manipulación informativas" por parte del Gobierno en relación a los atentados del 11 de marzo en Madrid. "Son otros los que deberían sentir vergüenza por haber utilizado [el atentado con fines electorales el día de reflexión y lanzar a la gente contra la sede del PP".
El todavía líder de los populares valencianos resaltó, no obstante, los favorables resultados cosechados por su formación en el conjunto de la Comunidad Valenciana y, especialmente, destacó la amplia victoria del PP en casi todos los municipios de la Vega Baja. Zaplana justificó el "fracaso" del PP en su independencia. "Hemos pagado el precio de nuestra independencia", matizó.
Tanto Zaplana como el resto de dirigentes y cargos del PP, entre ellos Julio de España, presidente de las Cortes Valencianas, se limitaron a sus alocuciones ante el auditorio y declinaron hablar con los periodistas, escudándose en que así constaba en la convocatoria.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 31 de marzo de 2004