Los fondos que el Consell fijó en 2003 para la atención de los enfermos mentales fueron inferiores a los de 2002. Así se desprende de un estudio de la Plataforma en Defensa de los Servicios Públicos de Salud Mental, que indica que se pasó de un presupuesto final de 5,53 millones de euros en 2002 a 5,24 en 2003. Bienestar Social señaló que nunca como en los ocho años de gobierno del PP se había invertido tanto.
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"La Consejería de Bienestar Social estrangula financieramente la salud mental en la Comunidad Valenciana". Ésta es la conclusión a la que llega la plataforma -integrada por entidades de enfermos y familiares, sindicatos y profesionales de la salud mental- tras analizar los presupuestos y las recurrentes modificaciones presupuestarias -"lo que significa que los gastos no están consolidados"- de los dos últimos años en los fondos públicos destinados a esta parcela.
Bienestar Social "ha mantenido un presupuesto precario y a la baja", según las entidades que forman parte de esta organización. Así, apuntan que mientras el presupuesto inicial en 2002 fue de 4,562 millones de euros, en 2004 es de 4,410 millones. Además, destacan que también baja el presupuesto final que en 2002 fue de 5,538 millones y en 2003 de 5,244 millones.
La plataforma critica el trasvase de fondos desde la partida de programas -subvenciones sin ánimo de lucro y ayuntamientos para actividades de ocio y rehabilitación- hacia las prestaciones económicas individualizadas de personas que han de ingresar en una residencia, acuden a centros de día o centros de rehabilitación (Cris). "Esto significa disminuir la atención a través de asociaciones y entidades (próxima al enfermo y su familia) por una atención institucionalizada en residencias, centros de rehabilitación y, en menor medida, viviendas tuteladas, todos ellos recursos susceptibles de privatización", apuntan.
Bienestar Social señaló ayer que en 1995 "había dos centros y 47 plazas para enfermos mentales y ahora 34 y 900, además de estar econstuyendo otras 900 plazas". Añadió: "No ha habido nunca un esfuerzo mayor, los datos hablan por sí mismos".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 31 de marzo de 2004