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Malestar en el Ejército por la utilización del relevo para una disputa política

El retraso de casi nueve horas que se produjo el lunes en la salida del avión que trasladó a Irak a los 160 integrantes del nuevo contingente ha provocado un profundo malestar en las Fuerzas Armadas. El reconocimiento, por el propio jefe de la unidad, de que se produjo "tensión" entre los militares constituye un hecho insólito. Ayer, numerosos mandos se quejaban de haberse convertido en "rehenes" de una disputa política, cuando las Fuerzas Armadas están constitucionalmente al margen de la pugna entre partidos.

"Hemos ido a Irak, sin preguntar, porque así lo mandó el Gobierno y volveremos si el nuevo Gobierno lo ordena, pero no pueden jugar con la inquietud de nuestras familias", se quejaba un oficial.

Dos asociaciones que agrupan a militares, aunque la mayoría de sus socios no estén en activo, se hicieron eco de este malestar. José Conde, presidente de la Asociación de Militares Españoles (AME), calificó de "intolerable" lo sucedido, mientras que Francisco Millán, de la Asociación de Militares en Activo y la Reserva de los Tres Ejércitos (AMARTE), dijo que el presidente José María "Aznar ha querido poner a prueba a [José Luis Rodríguez] Zapatero, pero lo peor es que los militares y sus familias están en medio", informa Servimedia.

La orden que no llegó

Según fuentes gubernamentales, Aznar decidió el viernes esperar hasta las doce de la noche del lunes para ordenar el relevo si antes no recibía una carta del líder del PSOE avalándolo. El problema es que no se cursó la orden de aplazar la salida de las tropas hasta media mañana del lunes, de forma que los 160 soldados que debían viajar a Irak se encontraban ya en el aeropuerto de Zaragoza, mientras que los 60 que tenían que regresar se habían trasladado a Kuwait para tomar el avión de vuelta a España.

El próximo portavoz del PSOE en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba, eludió ayer contestar a Aznar, quien acusó a Zapatero de "falta de madurez" y "descortesía". "No voy a entrar en la guerra de descalificaciones que tanto parece gustar al señor Aznar", declaró, "lo único que hemos pretendido es exigir al Gobierno que cumpla con su obligación [de relevar las tropas], así se ha hecho y no hay nada más que decir".

Rosa Aguilar, de IU, dijo que "el Ejército no se merece lo que se le hizo", mientras que Luis Mardones, de Coalición Canaria, consideró "penoso y lamentable" que se someta a los militares a "una especie de yenca, con un paso adelante y otro atrás". Carles Campuzano, de CiU, calificó el episodio de "esperpéntico".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 31 de marzo de 2004