Teresa es la víctima número 190 del 11-M. Detrás de ese número, sus ganas de viajar, un hijo, un marido y el dolor de sus colegas del banco por la muerte de una buena compañera. Patricia tenía siete meses y era el sueño de su padre, Wieslaw, un albañil polaco. Tenía los ojos muy grandes y muy azules. Nunca lloraba. Teresa es la última fallecida del 11-M. Patricia, la más joven. Durante 19 días, hemos puesto cara a 164 vidas rotas por los atentados de Madrid. Nos hemos asomado a sus vidas y hemos dado cuenta de sus sueños, de proyectos segados el 11 de marzo. Las familias del resto de los fallecidos expresaron el deseo de que no se publicaran las semblanzas de sus seres queridos. EL PAÍS concluye hoy el homenaje a las víctimas.
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- PEDRO HERMIDA MARTÍN / Amigos de la pandilla
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 31 de marzo de 2004