Un minero con dinamita adherida a su cuerpo se inmoló ayer en el Parlamento de Bolivia en La Paz y mató a dos policías que intentaban disuadirle. Por lo menos otras diez personas resultaron heridas por la explosión.
El minero, Eustaquio Picachuri Collaca, natural del distrito minero de Catavi en el suroeste boliviano, de 47 años, que protestaba por el impago de las pensiones, logró acceder al Parlamento por una puerta lateral y avanzar por un pasillo, antes de ser detenido por la policía y hacer explotar la dinamita tras un breve forcejeo. El incidente tuvo lugar poco después de que el presidente boliviano, Carlos Mesa, abandonase el Congreso. "Quiero pedirle al país que se sienta tranquilo", afirmó el presidente en un mensaje televisado a la nación. Mesa subrayó que "no hay connotaciones políticas ni de ninguna otra naturaleza".
Como varios centenares de ex-mineros, desplazados de las empresas estatales en 1985, Picachuri Collaca no tenía trabajo y tampoco esperanzas de conseguirlo debido a su edad. Ésta es una primera acción, declaró a los medios locales un hombre que, supuestamente, conocía a Picachuri Collaca y advirtió que cerca de 5.000 ex mineros pueden seguir su ejemplo, porque nadie quiere emplearlos.
Collaca reclamaba la devolución de las aportaciones a la seguridad social, después de que casi por nueve años intentara en vano tramitar su jubilación, a la que no podía acceder por insuficiencia de edad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 31 de marzo de 2004