Las últimas esquirlas de la metralla asesina del terrorismo fanático islámico o ultra nacionalista vasco, es el que va dirigido a la cabeza de los supervivientes y a la de los que reciben las noticias de su barbarie, para que estalle en nuestro cerebro, haciéndonos creer que estos sicarios representan a la comunidad de donde salen.
Gran mentira de la que son muy conscientes, pero que como canallas que son, la utilizan para sentirse ofendidos y víctimas, ante los actos de xenofobia y racismo que puedan acontecer por parte, de algunos otros extremista descerebrado e ignorante.
Cada persona es responsable de lo que hace, y es algo obvio, que ni todos los musulmanes son terroristas, ni todos los vascos son de ETA, y tampoco, por ejemplo, todos los de Murcia son unos ladrones, porque un día me robaron la cartera en esa ciudad, y ni siquiera todos los norteamericanos e israelitas son como Bush y Sharon.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 31 de marzo de 2004