La natación es el deporte nacional australiano y sus campeonatos, que este año son también selecciones olímpicas para los Juegos de Atenas, están confirmando la jerarquía del gigante del hemisferio sur. Si el primer día acaparó la atención su gran estrella, Ian Thorpe, con su eliminación por salida falsa en su mejor prueba, los 400 libres, ayer el protagonismo femenino fue total. Se produjo la especial sucesión y el regreso de dos chicas de oro más de 30 años después.
La clasificación olímpica del T orpedo en los 100 libres -que ganó con unos discretos 48,33s- era esperada, como había sucedido ya antes en los 200. Pero no la hazaña de Lisbeth Lenton. La quinta clasificada en los pasados Mundiales de Barcelona, de 19 años, dio la gran sorpresa al batir, con 53,66s, el récord mundial del hectómetro, que tenía la holandesa Inge de Bruijn, con 53,77s, precisamente desde hace cuatro años, en los Juegos de Sydney, en la misma piscina del parque olímpico. El asombro fue incluso para ella, pues fue en una de las semifinales: "Nunca pensé que viviría un momento como éste", dijo. "Sólo con clasificarme me sentiría feliz". Le bastará hoy para lograrlo ser segunda, porque tendrá una gran rival en la nueva estrella, Jodie Henry, de 17 años, que se impuso en la primera semifinal e igualó tres minutos antes el récord de De Bruijn.
Lenton es la sucesora de nombres míticos en la natación y la historia ha querido que sea noticia junto a uno de ellos. Su compatriota Shane Gould, a sus 47 años, madre de cuatro hijos, participará en los 50 mariposa, que no es prueba olímpica. Se clasificó para ellos el pasado año al ganar el US Masters de veteranos. "No es realmente una vuelta, es una aventura, un reto personal para explorar la natación otra vez", dijo. Gould sólo quiere hacerlo como un ejercicio de superación. Tiene 30,32s y el récord mundial de la sueca Anna-Karin Kammerling está en 25,57s. Admira el ejemplo de entereza de Christopher Reeve, Supermán, en su larga lucha contra su tetraplejia. "Soy una mujer muy curiosa e interesada en nuevas ideas. La natación no es sólo la de élite, sino la de enseñanza, la terapéutica o la de simple ejercicio", comentó.
Su presencia será 32 años después de su triple triunfo olímpico en los los Juegos de Múnich 72. La chica de oro, con 15 años entonces, no pudo acercarse a los siete oros de Mark Spitz, pero ganó los 200 estilos, los 200 y 400 libres, y fue plata en los 800 y bronce en los 100. Gould marcó una etapa de la natación con su fulgurante y fugaz aparición a principios de los años 70. Entre 1971 y 1972 llegó a tener todos los récords del estilo libre, desde los 100 -donde sucedió a su compatriota Dawn Fraser y le quitó la plusmarca la alemana oriental Kornelia Ender- a los 1.500. Dos años después de los Juegos, se retiró. Ya no le atraía la natación de élite. Murray Rose, uno de los grandes campeones australianos, dijo de ella: "Es la primera nadadora que conozco con una concentración tan perfecta".
También ayer, Felicity Gálvez, la nadadora de padre español, se clasificó al ser segunda en los 200 mariposa, 2m 8,33s, tras la favorita, Petria Thomas, 2m 6,79s.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 1 de abril de 2004