Los ecos de la cultura tradicional oriental iluminan desde diversas perspectivas la obra musical del japonés Toshio Hosokawa (Hiroshima, 1955). Del teatro nô recoge el compositor la imagen de expresar lo máximo con la máxima contención; de la danza gagaku, el vínculo total con la Tierra. El uso del silencio crea un clima de serenidad. La invitación al viaje interior propicia la meditación. La experiencia es fascinante por la seducción espiritual que desprende. La técnica está totalmente al servicio de una expresión tan intensa como relajada. Hosokawa no ha cumplido aún el medio siglo, pero sus obras tienen la madurez de los grandes maestros.
Las cinco piezas elegidas, todas ellas de la década de los noventa, fueron interpretadas con primorosa concentración por el Trío Arbós y el clarinetista Joan Enric Lluna. Música de enorme calidad sonora, realzada por cuatro instrumentistas extraordinarios. Con todo ello se creó en la sala una atmósfera muy especial, de intimidad compartida. El éxito no tuvo fisuras y Hosokawa, presente en la sala, compartió con sus intérpretes las muestras de admiración de un público entregado que vivió el concierto como un acontecimiento. Lo fue, en efecto.
Trío Arbós
Obras de Toshio Hosokawa. Trío Arbós, con Joan Enric Lluna (clarinete). Auditorio Nacional. 31 de marzo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 2 de abril de 2004