La cadena británica Marks & Spencer anunció ayer que suprimirá 1.000 empleos en los próximos dos años, de los cuales la mitad se eliminarán en el ejercicio en curso. La medida forma parte de la reestructuración del grupo, que tiene como objetivo una "organización más eficaz" según indicó Roger Holmes, director general de la compañía. El recorte afectará únicamente a los empleados de las oficinas del grupo. La empresa insistió en que los empleados de las tiendas no están incluidos en la medida. La cadena, que tiene 67.000 empleados, prevé ahorrar con esta decisión 35,7 millones de euros anuales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 3 de abril de 2004