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AL VOLANTE | PRUEBA

Muy suave, ágil y seguro

La imagen y las medidas de seguridad de la marca sueca, en un formato compacto pensado para las familias jóvenes. El nuevo S40 es el Volvo más pequeño, y ofrece una calidad de conjunto notable, un comportamiento dinámico muy ágil y buenas prestaciones. Tiene un tacto refinado que le distingue, y viene bien equipado de serie, pero cuesta casi lo mismo que su hermano mayor el S60.

El nuevo S40 evoluciona la línea sólida y robusta de Volvo para ofrecer un aspecto más joven, dinámico y moderno. En el interior se aprecia un diseño más atrevido que introduce detalles vanguardistas de los coches-concepto presentados en los últimos salones internacionales para crear un ambiente más cálido y vanguardista. Pero lo más importante es que este coche aporta una calidad de conjunto destacada que le sitúa entre los mejores de su tamaño.

Buenas prestaciones

El motor 2.4i de cinco cilindros y 170 CV es la versión intermedia de la gama en gasolina y resulta muy apropiado para el S40. Por una parte ofrece unas prestaciones brillantes, tanto en aceleración como en velocidad punta, y mueve con mucha soltura el peso. Pero además tiene un tacto muy suave y refinado, y destaca por su respuesta inmediata al acelerador. Así, resulta muy elástico porque empuja con fuerza casi desde el ralentí y después se estira de forma progresiva y cada vez con más empuje y alegría a medida que sube de vueltas hasta llegar a las 6.500.

Una de las claves es el buen escalonamiento del cambio de cinco marchas, que además de tener un accionamiento preciso ayuda a sacarle el máximo partido. Y el conjunto permite viajar con desahogo a cualquier ritmo, incluso a plena carga, manteniendo unos consumos correctos: gasta menos de ocho litros en conducción suave y sube a 10 en conducción rápida. En cambio, en ciudad puede llegar a 12 si el tráfico es muy denso.

Comodidad y seguridad

Pero el aspecto que más llama la atención en el nuevo S40 frente a otros coches de su tamaño es su calidad general, y se aprecia tanto en la suavidad de los mandos como en el confort de marcha. Por dentro es muy silencioso y está bien aislado, las suspensiones absorben todo sin dejar sentir las irregularidades del piso a los ocupantes y permite viajar con una comodidad sobresaliente en cualquier tipo de trazado.

El confort de marcha va acompañado de una buena estabilidad y una facilidad de conducción sobresaliente. El Volvo más pequeño exige el mínimo esfuerzo porque se conduce con dos dedos. Y sobre todo mantiene siempre unas reacciones muy ágiles y seguras que hacen sentirse a gusto, tanto al conductor como a los pasajeros: obedece al volante con precisión sin acusar las inercias en las zonas viradas, circula con aplomo en los trazados rápidos y ofrece siempre un comportamiento dinámico eficaz y seguro. El conjunto se completa con el control de estabilidad (DSTC en Volvo) de serie, que reduce al mínimo los riesgos en situaciones de apuro y en pisos resbaladizos. Y los frenos responden con un tacto y potencia contundentes e incluyen un ABS que mantiene siempre el equilibrio incluso cuando se frena a fondo en mitad de una curva.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 3 de abril de 2004