Ésta es la frase que se escucha en las mesas de juego cada vez que un cliente da una ficha de propina al croupier que le ha dado un premio. Nada más lejos de la realidad.
Formo parte de la plantilla del Casino Gran Madrid desde su inauguración en 1981. Desde aquel momento, la propina recaudada en las mesas de juego (en el año 2003 sobrepasó los 13 millones de euros) ha pasado a formar parte de los beneficios de la empresa, reservando solamente una parte de ésta para complementar el sueldo de sus empleados del departamento de juego (legítimos destinatarios de ella) y de otros departamentos.
Por este complemento, que aparece en nómina y que supera en muchos casos el 50% del salario, ni la empresa ni los trabajadores han cotizado a la Seguridad Social durante estos 23 años.
Considero que se está cometiendo un clarísimo fraude a la Seguridad Social (las cifras de las que hablo son de cierta importancia) y que la "vista gorda" que hace la Administración al respecto es debida a otros intereses económicos.
Quisiera también resaltar que, incongruentemente, los trabajadores sí declaran como parte de su sueldo estas propinas a efectos de IRPF, pero en caso de jubilación, despido, desempleo, etcétera, se les reconoce únicamente el sueldo base, que por otra parte también sale de la propina.
Creo que alguien debería tomar cartas en el asunto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 7 de abril de 2004