El Gobierno de Sudán y los rebeldes de la región de Darfur, al oeste del país, firmaron el jueves un alto el fuego de 45 días renovables. El acuerdo incluiría acceso humanitario a la región, el fin de las hostilidades y un esbozo de acuerdo político, según señaló ayer Mustafá Ismail Osman, ministro de Exteriores de Sudán.
El Gobierno sudanés y los rebeldes negociaban el acuerdo desde la tarde del martes, pero cuestiones de forma obstaculizaban la firma, según informaron ayer fuentes diplomáticas en Yamena, capital del vecino Chad.
Los delegados del Gobierno se oponían al empleo del término djandjawi, que se aplica a las milicias árabes aliadas del Gobierno y que recientemente han sido acusadas por la ONU y las ONG de "atrocidades" y "limpieza étnica" contra la población de Darfur.
Husan Bashir, director del Grupo Sudanés de Derechos Humanos, señaló que esperaba que el alto el fuego fuera efectivo, ya que las milicias alineadas en ambos bandos se han convertido aparentemente en autónomas.
Los combates, que enfrentan desde febrero de 2003 a las fuerzas gubernamentales y a milicias aliadas a dos movimientos rebeldes, han causado hasta 10.000 muertos, según distintas fuentes; desplazado 670.000 personas en Sudán y empujado a más de 100.000 a buscar refugio en Chad.
Los rebeldes de Darfur, poblada por musulmanes no árabes, se quejan de que su región es marginada por el poder árabe musulmán de Jartum.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de abril de 2004