Iberia denunció ayer a un pasajero español "bromista" del vuelo 3182 entre Madrid y Dublín, que al llegar a la capital irlandesa salió corriendo del avión y dijo que había una bomba dentro del aparato, lo que obligó a practicar dos fondeos a la aeronave para comprobar la veracidad del aviso. Iberia manifestó que el vuelo salió de Madrid a las 10.00 horas y llegó a Dublín a las 12.30 (13.30 hora peninsular) y cuando se estaba desembarcando, el citado ciudadano comentó a una tripulante que había "una bomba a bordo" y salió corriendo. El comandante de la aeronave avisó a la policía, que practicó un registro y más tarde se realizó otro por expertos en explosivos, que descartaron la posible presencia del artefacto. El pasajero fue identificado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 12 de abril de 2004