LA POSGUERRA DE IRAK
George W. Bush aceptó en la madrugada de ayer que la actual situación en Irak aconseja el envío de más tropas, porque se trata de una misión "que puede complicarse aún más antes de que concluya". El presidente reiteró que no es el momento de "titubear" y que cualquier señal en ese sentido supondría una traición para los iraquíes y "daría alas a los enemigos de Estados Unidos".
En Base Duke, a las afueras de Nayaf, suenan tambores de guerra. Unos 2.500 soldados de EE UU se han concentrado en ese lugar en los últimos días y están listos para tomar la ciudad santa y capturar a Múqtada al Sáder en cuanto reciban la orden.
Fabrizio Quattrocchi, de 36 años, uno de los cuatro italianos secuestrados en Irak, ha sido asesinado de un disparo en la nuca, y sus captores amenazan con ejecutar a los otros tres si el Gobierno de Silvio Berlusconi no ordena la retirada de las tropas desplegadas en Nasiriya, al sur de Irak.
George W. Bush dio ayer su respaldo total al primer ministro israelí, Ariel Sharon, en su plan de retirada unilateral de la franja de Gaza y reconoció las reclamaciones territoriales de Israel sobre varios asentamientos de Cisjordania.
George Tenet, director de la CIA desde 1997 y uno de los pocos responsables del actual Gobierno plenamente consciente de la amenaza de Al Qaeda antes del 11-S, sorprendió ayer a la comisión que investiga los atentados terroristas y al país entero, poco acostumbrado a la autocrítica: "Cometemos errores", dijo.
J. M. C. | Washington
El ex jefe antiterrorista de Bush revela las claves del fracaso ante Al Qaeda
Más de 20 millones de personas acudieron ayer a las urnas para elegir el nuevo Parlamento surafricano, el tercero desde el fin del apartheid. Concurren más de cien partidos políticos, pero nadie duda de que el Congreso Nacional Africano (ACN), el partido fundado por Nelson Mandela y al que los sondeos otorgan el 70% de los votos, obtendrá la victoria. Las elecciones discurrieron ayer sin incidentes graves.
LA EUROPA DE LOS 25
| LA DURA ADAPTACIÓN
RICARDO M. DE RITUERTO | Bruselas
Los nuevos Estados miembros han tenido que aplicar duros ajustes para ingresar en la Unión