Los setenta son nuestros. Es el turno de la versión cinematográfica de la serie de los polis del coche rojo con la raya blanca: Starsky & Hutch. Al menos esta vez los autores ni siquiera se lo han tomado en serio, lo que ciertamente es de agradecer. En lugar de fabricar una de esas adaptaciones que no son ni chicha ni limoná, alimentadas de cuatro chistes malos y cinco persecuciones interminables, los responsables de Starsky & Hutch han decidido lanzarse directamente al barro y entrar en el terreno de la parodia. Y es que la película está más cerca de Aterri za como puedas y Zoolander que de cualquier policiaco al uso. Sus graciosillos protagonistas, Ben Stiller y Owen Wilson, una vez más en un producto por debajo de sus aptitudes cómicas, se carcajean de la homosexualidad latente de sus personajes, de los métodos de la policía, de las tías buenas, del John Travolta de Fiebre del sábado noche, de los drogatas del barrio y de toda su parentela.
STARSKY & HUTCH
Dirección: Todd Philips. Intérpretes: Ben Stiller, Owen Wilson, Vince Vaughn, Snoop Dogg. Género: comedia. EE UU, 2004. Duración: 101 minutos.
Si alguien quiere desconectar el cerebro con una tontería sin pretensiones, ésta es su película, paradigma de buena parte del cine americano de hoy, en el que una chorrada como Starsky & Hutch parece el tuerto en el país de los ciegos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 16 de abril de 2004