El Ayuntamiento de Alicante exige, desde ayer, a los locales de copas cumplir la normativa, de rango autonómico y en vigor desde enero, que obliga a cesar la actividad a las 3.30 horas de la madrugada, una hora antes sobre el horario permitido hasta la fecha. La permisividad del Consistorio con el sector enervó a los residentes. La presión vecinal ha abocado al Ayuntamiento a aplicar la norma a rajatabla.
A partir de ayer viernes, los locales con licencia de pubs de Alicante deben acatar la norma autonómica que establece el horario de cierre a las tres y media de la madrugada. En caso de incumplimiento, el Ayuntamiento suspenderá provisionalmente la actividad del local infractor. No obstante, el Consistorio da un mes de plazo a los bares para adaptarse a la nueva legislación, y permitirá el cierre a las cuatro de la madrugada.
Cuatro meses después de la entrada en vigor de la normativa, la presión vecinal ha obligado a intervenir al equipo de gobierno, del PP. Hasta el pasado enero, el Consistorio tenía potestad para prorrogar una hora máximo el horario de cierre establecido por la Generalitat. Sin embargo, la nueva ley sólo permite a los ayuntamientos ampliar el horario en fechas excepcionales.
Sin embargo, la manga ancha del Consistorio alicantino con el sector de ocio desencadenó las continuas protestas de los residentes del casco antiguo -área que acumula 75 locales de ocio-. La comunidad de vecinos denunciaba el exceso de ruido. Entretanto, el sector criticó que la nueva normativa acarrea una merma de sus ingresos de un 30%.
El colectivo empresarial se comprometió ayer a acatar la norma; pero advirtió de que exigirá la misma rigurosidad con el resto de establecimientos, como restaurantes y café bares. Las partes implicadas se reunirá el día 30 para hacer balance de la medida. Además, según la concejal de Urbanismo, Sonia Castedo, promoverán actividades para animar a los jóvenes a anticipar su horario de salida.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de abril de 2004