El toreo se hizo solidario con las víctimas del 11-M para dar lo mejor de sí mismo con capote y muleta. El festejo resultó entretenido y se vieron faenas de enjundia y calado, como la de César Rincón que fue quien realizó la más completa y honda. José María Manzanares tuvo detalles de sabor y arte. Espartaco se templó y cuidó con esmero a su toro de Alcurrucén. El rejoneador Antonio Domecq estuvo voluntarioso. Joselito, con mucha templaza y sobriedad en el de Martín Arranz se hizo querer. Enrique Ponce terminó imponiendo su mando al deslucido toro de Zalduendo. Y el Juli no tuvo suerte con un novillote inválido de Daniel Ruiz.
El diestro Morante de la Puebla se ha retirado del toreo, según su apoderado José Luis Peralta.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de abril de 2004