El terrorismo islamista también tiene en su punto de mira a los países árabes más cercanos políticamente a EE UU. En Jordania se ha evitado un gran atentado que, según el rey Abdalá II, "no habría tenido precedentes en el país por la cantidad de explosivos utilizados y el plan para su ejecución". Y en Arabia Saudí, la policía desactivó en la mañana de ayer un coche bomba en Riad, según confirmó del Ministerio del Interior.
Uno de los numerosos grupos que forman parte de Al Qaeda había planeado, según declaró el miércoles el rey jordano Abdalá y precisaron ayer fuentes de la inteligencia citadas por periódicos locales, un atentado descomunal. Tres coches cargados de explosivos fueron descubiertos y varios terroristas cayeron detenidos en días pasados cuando preparaban, siempre según las mismas fuentes, volar el cuartel general de los servicios de inteligencia, en las afueras de la capital jordana, empleando, además de las bombas, sustancias químicas, algo que nunca ha sucedido en este país.
Sin detallar el tipo de arma química ni la cantidad hallada, los oficiales citados aseguran que de haberse perpetrado el atentado podrían haber muerto 17.000 personas en un área de un kilómetro cuadrado alrededor del edificio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de abril de 2004