Talante es recia palabra castellana que viene de los hispanoárabes y del árabe clásico, tal'ah, que quiere decir semblante, aspecto (la cara como espejo del alma) y por extensión modo de realizar algo. Es, por tanto, banal y hasta aburida tanta alusión al nuevo talante de Zapatero en la espuria acepción epidérmica de talante igual a modales; pues el talante se diferencia de la simple cortesía, por muy exquisita que ésta sea, en que el primero siempre es expresión de unas convicciones. Un ejemplo, Al Capone decía que con modales (una sonrisa) y una pistola se conseguía más... que sólo con buenos modales; el de Chicago era educado y de talante autoritario. Por consiguiente, Zapatero no es que crea en los buenos modales, sino que, antes que nada, no cree en las pistolas ni reales ni metafóricas, en tanto que los anteriores siguen confundiendo debilidad con talante dialogante y ausencia de autoritarismo; es decir, que algunos, como Rajoy, creen en los buenos modales y otros, como Aznar, no, pero ambos, y su coro parlamentario, más bien zafio e ineducado, creen en la eficacia del autoritarismo (que no autoridad).
Y es que hay cosas que se maman desde la cuna o son difíciles de adquirir ni con operaciones cosméticas ni con asistencia a colegios de pago.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de abril de 2004