El presidente del Consell, Francisco Camps, declinó ayer polemizar sobre la sucesión de Eduardo Zaplana en la presidencia del PP de la Comunidad Valenciana. El escueto comentario de Camps sobre la situación interna del partido fue el siguiente: "El PP ha demostrado y demostrará que el sentido común impera en un proyecto político cuyo único objetivo es estar al servicio de los ciudadanos".
El presidente de la Generalitat Valenciana esgrimió ayer en Sant Vicent del Raspeig su condición de cargo público para evitar pronunciarse sobre la sucesión de Eduardo Zaplana al frente de la dirección regional de PP. Camps mantuvo en la localidad alicantina una reunión con su homólogo murciano, Ramón Luis Valcárcel, para elaborar una estrategia común en defensa del trasvase del Ebro.
En una rueda de prensa, Camps insistió en su máxima de no hablar en público sobre cuestiones internas del partido: "Llevo 21 años como militante del PP y jamás he hablado en público sobre cuestiones internas". Camps subrayó que su norma sólo contempla una excepción: "Para decir que estoy orgulloso del principal partido de mi Comunidad, que es el PP, que ha demostrado y demostrará que el sentido común impera en un proyecto político cuyo único objetivo es estar al servicio de los ciudadanos".
La actitud de Camps ante la crisis de los populares valencianos contrasta con la de José Joaquín Ripoll, presidente de la Diputación de Alicante, que ha reconocido la existencia de diferencias internas para elaborar una candidatura de consenso, extremo que ha motivado el aplazamiento de la Junta Directiva Regional, prevista para mañana. Ripoll asegura que cuenta con "todos los avales" para suceder a Zaplana.
El ex presidente del partido también ha comentado en público su sucesión. Zaplana coincidió el sábado en Altea con Ripoll y los consejeros Peralta y Amor y admitió que se está consensuando una candidatura, pero eludió el apoyo público a Camps como su sucesor.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de abril de 2004