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"Me dijeron en el hospital que inmunizara a mi hijo por si acaso"

Padres y médicos de familia admiten que a los inconvenientes derivados de la retirada de la vacuna por parte del laboratorio se ha sumado la falta de información ofrecida a los afectados desde los centros de salud y la Consejería de Sanidad. "A mí el pediatra me ha llegado a recomendar que le administrase la vacuna normal a mi hijo alérgico, pero que lo hiciera en un hospital por si acaso tenía una reacción. Lo consulté con el alergólogo y con la Asociación de Alérgicos a los Alimentos y los dos me han dicho que esto es una barbaridad", protesta Almudena Hernández, madre de un niño de 16 meses alérgico a las proteínas del huevo y de la leche de vaca, al que no ha podido vacunar.

Almudena lleva dos meses tratando de resolver la vacunación de su hijo. "El 17 de marzo nos dijeron que no había más vacunas, que las habían dejado de fabricar y que ya nos llamarían cuando supiesen algo. Nada más", explica la mujer. "Después de mucho insistir, nos dieron dos opciones: vacunar a mi hijo en el hospital o solicitar una vacuna de importación para el sarampión o la viruela, pero no para las paperas".

Almudena aún no sabía el pasado viernes si iba a recibir esta vacuna de importación. "Seguimos sin recibir información", se queja.

Un portavoz de Sanidad explicó que este departamento ha estado los dos últimos meses negociando la compra de vacunas toleradas por alérgicos contra el sarampión y la rubeola. "Ya las hemos conseguido y empezaremos a distribuirlas a partir de esta semana", añadió.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de abril de 2004