La Comunidad ha dado por finalizada la rehabilitación del poblado dirigido de Caño Roto (Latina), un barrio de 1.965 viviendas construido por el Estado entre 1957 y 1959 y vendido después a sus inquilinos. Los vecinos consiguieron que el Ayuntamiento y los Gobiernos central y regional lo declararan en 1994 "área de rehabilitación preferente". Eso les ha permitido recibir ayudas para reparar los tejados, fachadas y estructuras de los edificios, muchos de ellos en mal estado. Dos bloques estaban tan deteriorados que hubo que tirarlos y construirlos de nuevo.
Los vecinos de 64 pisos de Caño Roto iniciaron la década de los noventa con el alma en vilo. Las vigas y pilares de sus bloques se habían agrietado por la humedad y los precarios materiales con que fueron construidos. Y en sus salas y dormitorios empezaron a surgir fisuras. Lo peor venía por la noche, cuando, desde la cama, escuchaban crujidos procedentes de la dañada estructura de la finca.
Un informe de la Comunidad, elaborado en 1992, señalaba que ocho portales del barrio necesitaban una reparación urgente. Los técnicos municipales, que ratificaban la gravedad de los desperfectos, mantenían una inspección constante sobre estos bloques dañados. Pero el deterioro, aunque era mucho mayor en esos 64 pisos, afectaba a todo el poblado.
Esta situación hizo movilizarse a la asociación de vecinos de Caño Roto, que emprendió un rosario de visitas a las administraciones y de movilizaciones para conseguir ayuda para reformar el barrio. Sin ella era imposible que el vecindario, habitado por trabajadores muchos de ellos ya jubilados, pudieran afrontar la inversión millonaria que se necesitaba.
Las fricciones entre el Ayuntamiento, del PP, y la Comunidad, entonces del PSOE, fueron dilatando la declaración de la zona como área de rehabilitación preferente. Pero por fin se consiguió en 1994.
En total, se han renovado y mejorado 1.965 viviendas, con un coste total de más de 31 millones de euros, de los que el Gobierno regional ha aportado 4,4 millones. El resto lo han pagado el Consistorio, la Administración central y los vecinos.
El Ayuntamiento se ha encargado de arreglar las calles y de renovar la red de saneamiento, agua, electricidad, teléfono y alcantarillado. De las ayudas a los residentes se han encargado la Comunidad y el Estado.
Las obras han consistido en afianzar las estructuras de los edificios; en sustituir los viejos tejados por otros nuevos y en el aislamiento de fachadas, ventanas y balcones. Asimismo, se han aislado y ventilado las cámaras de aire de los edificios y se los ha dotado de suministro de gas y de ascensores.
Todos estos trabajos, coordinados por la Comunidad, se han ejecutado en dos fases, una primera que afectó a 1.600 viviendas, y la segunda, en la que se reformaron otras 365.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de abril de 2004