Una huelga del personal técnico del teatro de los Campos Elíseos, en los que se celebraba la entrega de los premios Molière, interrumpió anoche la ceremonia anual de entrega de las mayores distinciones teatrales en Francia. La protesta se produjo en presencia del nuevo ministro de Cultura, Ronald Donnedieu de Varbes, que hereda de su antecesor el conflicto que dio al traste con casi todos los grandes festivales el verano pasado. Un grupo de coordinadores de la protesta irrumpió en el escenario cantando La Internacional, alternado con gritos de "¡Tenemos hambre!". Los trabajadores temporales del espectáculo se niegan a aceptar un recorte de las indemnizaciones durante el tiempo en que no trabajan y alegan la "excepción cultural francesa" para pedir al Estado que cubra el fondo de tales indemnizaciones. La lectura del palmarés se hizo a voz en grito, porque los técnicos cortaron el sonido. Horas antes, el ministro se había reunido con representantes de oficios del espectáculo para asegurar que está buscando una solución. Los huelguistas no le creen. El presentador de la gala, Michel Drucker, dijo que la escena le recordó a "mayo del 68 en el festival de Cannes".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 20 de abril de 2004