"Me han impresionado las clases que daba cuando era joven, los bocetos y los collages que hacía y, en definitiva, los colores tan contrastados de sus pinturas", resumió María Ángeles Carmona, de 17 años, tras visionar el audiovisual donde la directora de la Fundación Joan Miró, Rosa María Malet, habla sobre el centro y el artista catalán. A María Ángeles le acompañaban Rafael Luque, Patricia Ruiz, Lola González, Javier Ocaña y Fernando Giménez, que cursan junto a ella primero de bachillerato en el colegio La Salle de Almería. Ellos, junto a un variopinto auditorio integrado por jóvenes y mayores, conocieron en poco más de 60 minutos el continente, contenido, colecciones, actividades y filosofía de la Fundación Joan Miró en Barcelona.
"Reconozco que es más dinámica una charla de este tipo que escuchar al profesor en clase. Nos ha resultado ameno, estás más atento y entiendes mejor el concepto", indicó Javier Ocaña al término de la conferencia.
Los estudiantes de primero aprendieron que cuando Miró decidió en 1975 levantar un edificio que albergara obras de los jóvenes creadores de arte contemporáneo, no existían en la ciudad otros espacios dedicados a esa función. "Ahora se inauguran museos todos los días y casi todas las ciudades tienen espacios para el arte contemporáneo y sus jóvenes artistas. En aquel entonces no ocurría esto", expuso Malet a su auditorio.
Los alumnos, que cambiaron la pizarra por un proyector y una pantalla, aprendieron también que el artista de las constelaciones sólo pretendía llegar a los sentimientos del espectador, sin mensajes específicos. Los seis estudiantes se familiarizaron con el azul, el ocre y el verde -los colores lisos utilizados por Miró- como si se tratasen de los colores con los que están pintadas las paredes de sus casas. Conocieron, igualmente, las influencias del arte francés en el artista catalán, así como la extraordinaria "cultura agrícola" que el artista barcelonés acumuló y no dudó en simbolizar con su pintura.
Contemplaron, de la selección de imágenes proporcionadas por Rosa María Malet, hasta la iconografía más gestual y brutal que el artista utilizó en los últimos años de su vida. El auditorio también pudo apreciar buena parte de las exposiciones temporales que la fundación organiza en parte de sus instalaciones: arte minimalista, escultura abstracta, ingeniosas instalaciones y todo tipo de arte contemporáneo del que la fundación ha querido ser siempre referente en coherencia con la filosofía del propio Miró: "Prefiero arruinarme el físico antes que seguir el camino que han abierto otros para llegar en segundo lugar", llegó a decir el gran artista.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 21 de abril de 2004