En las últimas semanas, y cada vez con mayor frecuencia, nos encontramos con accidentes, casi siempre trágicos, en los ancestrales pasos a nivel ferroviarios. Ello nos vuelve a la realidad de la gran peligrosidad de estos pasos que todavía permanecen, y bastantes de ellos, desde nada menos que del nacimiento del ferrocarril en nuestro país.
Hace ahora poco más de tres años, enero de 2001, el entonces ministro de Fomento, Álvarez-Cascos, a raíz del terrible accidente ocurrido en un paso a nivel de la Comunidad de Murcia, prometió que estas barreras ya no existirían al final de la legislatura. Pues bien, en este importante asunto de seguridad vial, como en otras tantas promesas del Partido Popular, no han cumplido (y especialmente el Ministerio de Fomento: AVE, Prestige, accidentes de Renfe, aeropuerto de Barajas, etcétera).
Por último, una petición, casi un ruego, a la próxima ministra de Infraestructuras, Magdalena Álvarez, y es que, a ser posible y cuanto antes, elebore un plan que elimine estos obstáculos impropios de una sociedad avanzada y nos encontremos al final de la legislatura con la eliminación, de una vez por todas, de estos arcaicos y peligrosos pasos a nivel ferroviarios, fácilmente suprimibles con una clara decisión política. La seguridad vial lo demanda.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 21 de abril de 2004